EL MUSEO

Aunque se ha encontrado algún material datado en la época fundacional de la ciudad, la del emperador Augusto, la estructura de la domus pertenecía al período altoimperial (ss. II – inicios del III).

La excavación arqueológica ha sacado a la luz algunas de sus dependencias, que son características de las grandes casas romanas, como la culina (cocina), cubicula (habitaciones), el oecus (salón) o el peristilo (patio porticado). Era una vivienda de dos pisos, de lujo, como lo demuestran tanto las exquisitas técnicas constructivas empleadas (destaca su sistema hídrico o el de protección contra la humedad ejecutado tal como la describe el arquitecto Vitruvio), como su decoración (los frescos del oecus) y otros materiales encontrados, algunos de ellos de importación (cerámica del Egeo y mortero de mármol, entre otros). 

A principios del s. III dC. la casa se remodela, sufriendo cambios significativos en las funciones o tamaño de algunas de sus dependencias, y es en torno al 212-218 dC. cuando se construye, en el primer piso, el templo dedicado al dios Mitra.

Pocos años después de esta transformación, a finales del s. III dC. se iniciará la construcción de la muralla que pasará, literalmente, por encima de la domus, provocando su destrucción parcial. El Mitreo, en cambio, no sufrirá daño alguno y permanecerá en uso hasta el año 350 dC.

Durante la Edad Media este espacio en donde estuvo situada la lujosa casa romana se convertirá en la escombrera de las obras de la Catedral, posteriormente en necrópolis y finalmente se construirá el Pazo de Montenegro en este mismo emplazamiento.

Sus restos

se corresponden con

una vivienda romana

de lujo